Es innegable que la recién elección de la diputada federal plurinominal de extracción priista, Dulce María Sauri Riancho, como presidenta de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, representa un hecho importante para la vida política y democrática del país. Tanto por ser integrante de uno de los principales partidos políticos de oposición a Morena que detenta el gobierno federal, como por su condición de mujer empoderada en la arena de la real polítik de México, hecho que le distingue como miembro del solar yucateco.
Para nadie es un
secreto, que, para poder llegar a determinados acuerdos, por más mínimos que
sean; deben dejar satisfechas a las partes involucradas. Se tiene que transitar
de promesas, propuestas, contra proposiciones, condiciones de pactos, alianzas,
convenios, arreglos, etc. Con la finalidad de poder finiquitar una situación
anómala, a la cual se le pretende encontrar solución. Todo, dentro de los
cánones aceptados de civilidad y ciertos parámetros de compromiso ético y de
legalidad. Esto fue lo que sucedió el día de ayer, 2 de septiembre de este
pandémico 2020, donde la mayoría de los legisladores y legisladoras federales le
dieron el voto de confianza, principalmente los del Partido Movimiento de
Regeneración Nacional, (Morena), para que Sauri Riancho, sea la persona que
durante un año conduzca la Mesa Directiva de ese órgano legislativo.
Después de trauma
político emocional que causo la votación mayoritaria de los y las diputadas
federales en San Lázaro. Las reacciones en contra no se hicieron esperar. Todo
un cúmulo de voces críticas y manifestaciones de descontento se dejaron
escuchar en las redes sociales a lo largo y ancho del país. Expresiones
negativas que fueron vertidas principalmente de un amplio número de militantes
de la base morenista y desde luego de las menguadas legiones del Partido del
Trabajo, quienes argumentan que dicho cargo le correspondía a ese partido
aliado de Morena por haber obtenido el tercer puesto en la Cámara de Diputados,
gracias al voto recibido en las pasadas elecciones del mes de julio del 2018.
El hecho, es que,
como diría el clásico: “haiga sido, como haiga sido…”, Dulce María Sauri
ya está en la silla presidencial de la Directiva de la Cámara de Diputados ¿A
qué se comprometió su bancada para “ayudarla” a presidir la mesa? ¿Cuáles
fueron los compromisos con los que cabildeó Dulce Sauri? ¿Qué espera Morena de
la priista y su bancada durante el próximo año de gestión?
El PRI, con esta
oportunidad de vida que le ha brindado la bancada morenista, pastoreada por
Mario Delgado, vuelve a estar en la palestra nacional. Se convierte, como lo
hizo en los sexenios de Vicente Fox y FeCal, en el partido bisagra, con todos
los pros y contras que significa fungir como tal. Posición que hemos visto sabe
manejar muy bien, pues eso le permitió en el 2012 regresas a Palacio Nacional.
Pero algo muy
significativo hemos visto estos días en Yucatán. Ninguna persona cercana,
políticamente, a Dulce María Sauri Riancho, ha salido a festejar el mencionado
nombramiento de Sauri Riancho.
Nadie de su partido
a nivel nacional le ha reconocido el mérito. Menos lo ha hecho la directiva
estatal del PRI yucateco. Tampoco se ha pronunciado su connotado aliado, el Sen.
Jorge Carlos Ramírez Marín. ¿No es lo suficientemente importante el cargo que
ha conseguido para sí Sauri Riancho? ¿Quizá es todo lo contario y por
consecuencia brota el resquemor y celo de competencia?
Pero tampoco han
salido a felicitarla y desearle éxito todas aquellas personas que antaño la
acompañaban, cuando gracias al padrinazgo de Carlos Salinas de Gortari, Dulce
mantuvo una meteórica carrera política, desde ser delegada de extinta Secretaria
de Programación y Presupuesto hasta llegar a Gobernadora Interina. Pasando por
la diputación federal, la Senaduría, la presidencia del PRI-Yucatán y la
presidencia del mismo partido a nivel nacional.
Ninguna de esas
personas, que hicieron pingües fortunas en la
época de gloria de Dulce María cuando fue representante del Poder Ejecutivo de
Yucatán por tres años, y los cuales ocuparon
puestos en el gobierno estatal de primer orden. Hasta el día de hoy todos han
hecho mutis, incluyendo a los y las empresarias yucatecas. ¿Qué pasa en la
política de Yucatán?
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